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Lugares que ver en Japón (Kansai)

一休寺

Templo Ikkyūji




Última actualización: 5 de noviembre, 2019

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Un poco de Wabi con toque de Sabi
Primavera verde y otoño escarlata, luz y armonía de tonos en pura serenidad.
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Refugio cómodo y agradable en una ciudad pequeño

¿Cansado de famosos lugares bulliciosos en Kioto? Si quieres olvidarte de tu lista de "hay que ver en Japón" por un rato, este será un refugio elegante. Es tranquilo y silencioso, sólo porque poca gente lo visitarían. Pero un lugar menos frecuentado no tendrá que ser un sitio de la nada con nada, y las arquitecturas llamativas y los grandes Budas no siempre les encantarán a todos.

Casi fundido en las pequeñas calles anodinas, la puerta del Templo Ikkyūji apenas se destaca. Pero una vez que la encuentre y entre, sentirás la serenidad y la pureza del aire liberado. Si estás en primavera, el verdor brillante de las hojas jóvenes limpiará y humedecerá tus ojos, y si en otoño, el intenso rojo arce aumentará y alegrará tu estado de ánimo. Al subir la pendiente de las losas hasta los terrenos interiores, estarás seguro de que es uno de los lugares ocultos verdaderamente Wabi-Sabi en Japón.

Después de purificarte las manos en el lavabo o Mitarashi (literalmente el área de lavado de manos para metafóricamente limpiarse el cuerpo y la mente para pisar la tierra sagrada) y pagar la admisión en la cabina de recepción, el templo es todo tuyo durante tu estadía pacífica por unas horas. Pasea tranquilamente por los jardines, siéntate en el corredor de Engawa para contemplar por un rato un jardín de guijarros blancos bien peinado, o disfruta de pequeña charla con una recepcionista en el mostrador de venta sobre una minitaza de té de algas que ella servirá. Para aquellos que tienen las agallas para probar un sabor extraño y fantástico, ahí está Ikkyūji Natto (la soja fermentada, una receta especial del monje Ikkyū).

Sendero a la Sala Principal

Subiendo la cuesta y pasando la Casa de Baño, encontrás un camino estrecho que penetra en una pequeña puerta, la cual presenta una visión enmarcada cuadrada con la Sala Principal encontrada más adelante. Siente el aire limpio de tranquilidad. ¡Pero mira tu paso también! A ambos lados del sendero de lajas, hay alfombras grueso de musgo verde y bien cuidado, que agrega una atmósfera refrescante y relajante al paisaje.

Hōjō, Kuri y los jardines

Hōjō es la vivienda del monje, y ésta reconstruyó en 1650 el señor feudal llamado Maeda Toshitsune del período Edo (1603-1867). Allí se puede llegar a través de Naka Mon (la Puerta del Medio o Interior), un activo cultural de la prefectura de Kioto, bajando los escalones de piedra que conducen a la entrada del edificio Kuri (cocina). Al entrar al edificio, observa rápidamente un raro pino de 400 años llamado Shidare Matsu (Pino Inclinado) que se muestra magníficamente con las ramas extiendose hacia abajo.

El Kuri se reconstruyó junto con el Hōjō y se lista en Propiedad Cultural Importante de Japón. Además, reconoce el Kamado fogón instalado en el lado izquierdo interior. Ahora entra adentro, y hallarás el Irori (hogar) adelante con los suelos de madera cuidadosamente pulidos. Quítate los zapatos (la regla al entrar en casas japonesas) en la entrada y sube a la habitación!

Ahora dirige a Hōjō pisando el suelo de madera extendido desde Kuri. Si es un día soleado y no hay mucha gente, quédate quieto a la mitad del pasillo por un momento. Encontrarás una armonía de luz y sombra creada por la oscuridad dentro del edificio y el brillo exterior. También es fascinante mirar un jardín deslumbrantemente blanco a través de una ventana de forma rara formada temporalmente por las estructuras interiores de sombra profunda.

¡Entonces aquí estás, es un momento de Zen! Siéntate en el corredor Engawa para contemplar el jardín de guijarros blancos. Es un jardín típico de la denominación Zen del período Edo y está decorado con plantas de cícadas, sasanqua y azaleas enanas. Te preguntarás, ¿por qué la superficie blancos del jardín es tan meticulosamente peinada? Nuevamente, es una forma típica de representar el agua y sus flujos, sin usar agua real.

Pasemos al jardín este. El diseño del jardín aquí también es muy budista. Con varias rocas, arbustos y árboles, se describe una escena de dieciséis Arhats (aquellos que han alcanzado la iluminación) en su viaje misionero. En el norte, se ve un jardín Hōrai (Monte Penglai; la legendaria montaña donde viven los ermitaños) en el estilo Kare San Sui (montaña y agua seca). Pues se expresan los arroyos en cascada originados en la montaña desembocando en mar con la elaborada combinación de rocas.

Conoce al monje Ikkyū

Absorto en la serenidad y parte de tu mundanidad arrastrada (esperemos que sí), es posible que desee saber sobre el monje cuyo nombre se convirtió en el sobrenombre del templo. Apodado, porque el Templo Ikkyūji se llama oficialmente Shū On An y pertenece a la escuela Daitokuji de la denominación Rinzai. Construido inicialmente en la era Shōō (1288-1292) y se llamó Myōshōji. Luego, sufrió graves daños en una guerra durante la era Genkō (1331-1334). Y fue un monje llamado Ikkyū quien restauró las instalaciones del templo y las convirtió en su ermita en 1456.

¿Quién es Ikkyū, pues? Para muchos japoneses, es un personaje de drama o anime de televisión (Mira este enlace) y conocido por su espíritu ingenioso, retratado en base al mismo monje. Nacido en Kioto como descendiente del emperador Gokomatsu, era un maestro Zen, no ordinario, sino extraño y excéntrico. En contraste con todos los otros monjes que se afeitaban la cabeza, dejó de hacerlo y dejaba que el pelo y la barba crecieran desenfrenadamente. Le gustaba tomar alcohol y carne, incluso tener relaciones con mujeres, todo considerado como un acto de romper los preceptos. Pero algunos registros dicen que sus actos excéntricos estaban destinados a liberar a gente de lazos de formalidad superficial y tradiciones, así guiandola a las enseñanzas de Buda. Cambió el nombre del templo a Shū On An y vivió allí por 25 años hasta su muerte a los 88.

Para ver qué aspecto tenía, observa las tres estatuas colocadas dentro de las instalaciones. El primero y más importante (una Propiedad Cultural Importante) se encuentra en la Sala de Buda en Hōjō. Esta imagen maderera te da una idea de !qué extraño realmente el monje era! Lleva su cabello y barba reales, realmente cosechados de su propio cuerpo y plantados por él en persona (¡suficientemente extraño, ¿verdad?!). Los otros dos se pueden encontrar afuera en el sitio cerca de la sala principal. Uno es viejo y el otro es joven, retratandolo en forma de anciano y de niño respectivamente.

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ACCESO
Línea Kintetsu Kioto --> Estación Shin-Tanabe. Autobús Keihan --> Parada Ikkyuji-Michi (一休寺道) y cinco minutos a pie desde la parada.
(https://www.ikkyuji.org/)