Ya sabes algo de Sushi, Tōfu, Sashimi, Tempura, ¿verdad? Son buenos, exactamente. Pero, naturalmente, ellos no son todo lo que Japón puede dar. Oden combinado con Atsukan (Sake caliente) que se filtra por tu Gozō Roppu (es decir, todos los órganos del cuerpo) sería la mejor ventaja al final de un día helado de invierno. El leve amargor que se encuentra en Tempura de Tara No Me (brotes del árbol Angélica) o Fuki No Tō (brotes de petasita) sabe al presagio de la primavera, lo cual es muy adictivo. Los fideos Tokoroten o Sōmen, resbaladizos y deslizantes, te refrescarán en un sudoroso día de verano. Y en otoño, como de costumbre, la gente anhelaría el sabor distintivo de la seta Matsu Take, que es bastante caro. Pero las nueces de Ginnan (nueces de ginkgo) polvoreados con un poco de sal serán Otsumami agradable y barato para tu cerveza. Si seas curioso, respira hondo y prueba Ume Boshi (albaricoques japoneses en escabeche) o Nattō (soja fermentada) para ver cómo reaccionarán tus papilas gustativas.
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