¿Qué son estas cosas? ¿Qué está pasando en el cielo? ¿Cientos de vestidos de sirena lavados se están secando para la baile del fin de semana? ¿O los pescadores orgullosamente demuestran sus pescas?
Este fenómeno se está volviendo popular en las áreas suburbanas de Japón. No en el campo, donde hay un montón de tierras para alojar los peces de cada Taro (equivalente a Juan en español). Estos voladores se llaman Koi Nobori (literalmente una escaladora de carpa) y tradicionalmente las alzan las familias con hijos varones para desear su salud y éxito, el cinco de mayo (anteriormente, el día del festival dedicado a los niños varones).
Una familia carpa en el cielo.
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Descansando un rato ...
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“¿Te perdiste, hijo?”
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Una familia carpa en el cielo.
Descansando un rato ...
“¿Te perdiste, hijo?”
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Pero, ¿por qué las carpas y no los salmones, no las saurias ni aún los tiburones? ¿Y a qué viene tanto jaleo? La respuesta está en una antigua historia china sobre una carpa que ascendió una cascada tan penosamente y valientemente y se convirtió en un dragón. La carpa transformarse en dragón significa, por supuesto, es un símbolo propicio de que un infante llega a ser un magnate. Deseando lo mismo para sus amados, los padres (o, a menudo, los abuelos) les envían un conjunto de serpentinas de carpa, generalmente incluídas una negra y una roja para sus nataciones audaces en el cielo.
Ya que es otra superstición o simplemente una gran oportunidad comercial, es bastante dudoso el efecto de dejar las carpas nadar por una cascada imaginaria. Mi hermanito, por ejemplo, al que una vez se apodaban un niño prodigio, se convirtió en una persona común aún después de que mi padre, un propietario de un aserradero, proporcionó un poste magnífico, al que se ataron las carpas negra y roja para dejarlas volar. Probablemente ¡así es la vida!
Aún así, todos los padres aman a sus crías, y también los abuelos. Pues la tradición persiste hoy, pero hay el problema de vivienda en Japón: una pequeña casa y un jardín escaso en un país pequeño. Mi hermano tuvo suerte porque somos del campo, pero los Taros urbanos no son tan afortunados. Aunque se compren banderas guapas, ¡no hay lugar para que ellas puedan correr! Aunque sus vecinos no vivan en el aire, pero las carpas agitarse entrando en sus cielos aparentemente no es bueno, ¿verdad? Por lo tanto, las carpas son un lujo para los chicos ciudadanos y los regalos por sus padres o abuelitos terminarán por quedarse en un cajón sin volar, polvoreadas y apolilladas.
Finalmente, aquí viene una solución: ¡el vuelo colectivo de las carpas! ¡Cuanto más, mejor, y vamos a desear la transformación de los dueños!
Acompañado por la melodía de “Serpentinas de Carpa”, canción infantil.
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